SERVICIO DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA EN ATAEM

Cuando una personas recibe un diagnóstico como el de Esclerosis Múltiple y otras enfermedades neurológicas afines, se enfrentan a multitud de síntomas emocionales que en la mayoría de los casos, superan los recursos de la persona y de su entorno.

En ATAEM, desde el servicio de Psicología, se pretende dar respuesta a esta necesidad, acogiendo y asesorando en esos primeros momentos de incertidumbre ante el cambio, así como acompañando en las dificultades que va marcando el avance de la enfermedad.

Los principales problemas emocionales a los que se enfrentan las personas afectadas de Esclerosis Múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas son:

- Desgaste emocional debido a las continuas exigencias que supone convivir con síntomas como la fatiga, la espasticidad, la incontinencia, la pérdida de fuerza, entre otros.

- Desesperanza e incertidumbre respecto al futuro (miedo al avance de la enfermedad y los cambios que se producen en el entorno familiar).

- Pérdida de control en la toma de decisiones (inestabilidad y conflictos en el entorno laboral, revisión del puesto de trabajo, cambios de rol en el ámbito familiar, etc.)

- Evitación de situaciones y aislamiento social, generado por las dificultades que encuentran en el entorno a la hora de realizar cualquier tarea o actividad. Provocando agotamiento,  desmotivación y anhelos de independencia.

Las líneas de intervención Psicológica en ATAEM se basan principalmente en:

  • Asesoramiento y Psicoeducación: informar, apoyar y acompañar a los pacientes ante la incertidumbre y miedos que genera la nueva situación. Facilitando la adaptación del paciente y sus familiares a los cambios asociados al diagnóstico.
  • Intervención psicológica individual: ayudar a entender y gestionar de manera adecuada las emociones (tristeza, rabia, frustración, etc.), potenciando los recursos personales que nos permitan generar “una nueva identidad” donde tenga cabida la enfermedad. Así como, incorporar estrategias de afrontamiento adecuadas para aceptar los cambios y ser consciente de las limitaciones.
  • Intervención psicológica familiar: mejorar la comunicación y funcionamiento en el entorno del paciente. Además de facilitar la resolución de conflictos y toma de decisiones en el seno familiar. Otro aspecto fundamental es el reparto de cargas del cuidado, prestando especial atención al desgaste que esto supone en el cuidador principal (sentimientos de culpa, miedo, incertidumbre, tristeza).
  • Intervención psicológica grupal: aprovechando la cohesión del grupo, trabajamos aspectos fundamentales para mejorar el bienestar emocional de los pacientes. (Ej. Gestión emocional, técnicas de relajación, estilos de comunicación, autoestima…).